Camino a Huaviña y a su historia

12 03 2008

Para llegar a Huaviña hay dos posibilidades, entrar por la ruta a Usmagama, seguir hasta Limaxiña (https://rutasdetarapaca.wordpress.com/2008/03/07/usmagama-limaxina-y-sibaya/) y desde ahí son aproximadamente 20 kms; o entrar por el desvío a Mocha en el km. 44 de la ruta internacional Huara-Colchane. Desde Huara son 89 kms. Bajando por Mocha, 32 kms desde el cruce hasta Mocha y 13 kms desde Mocha a Huaviña avanzando por la quebrada en dirección este. 

Mi relación con Huaviña viene desde el verano del año 2005 y ha sido cada vez más intensa y reconfortante. La primera vez que llegué a Huaviña fue por el camino desde Limaxiña, y debo confesar que es de los caminos más impactantes que he visto.  Sinceramente no me sorprendería si algún día los arqueólogos anuncian el descubrimiento de un segundo Machu Pichu. La construcción de terrazas es algo realmente sobrecogedor, la influencia inca es prácticamente evidente, y lo mejor de todo es que siguen en uso, siguen tan vigentes como hace 500 años y más y el camino va serpenteando sobre estos cultivos, con hombres y mujeres que trabajan la tierra, acompañados de los infaltables perros y llamos. A medida que uno sigue bajando por la quebrada, el verde de las plantaciones se hace más intenso, el color de los aguayos más fuerte y el olor de los cultivos lo impregna todo. El camino cada vez se complica más, dos ríos lo cruzaban y a veces es difícil seguir la huella por el magnetismo de la quebrada. Nos cruzamos con un grupo de hombres y niños que llevaban leña en carretas y que se dirigían a Huaviña, después de unos 20 kms desde Limaxiña llegamos a Huaviña.  

Huaviña también es un pueblo con vida y la primera vez la recepción no pudo ser mejor, tres niños jugaban en la plaza, salieron corriendo pero con la intención que los siguiera hacia la iglesia, después de subirse al campanario bajaron a saludar, muy tímidos, pero muy amistosos, me mostraron sus conejos y su chancha, que recién había tenido crías. Me presentaron a su mamá, Marta Mamani, y a su tía, Lucila, embarazada de mellizos y que tenía fecha para el parto en los primeros días de junio del año 2005, dato no menor para la continuación de mi historia con Huaviña.

Mujeres impresionantes, orgullosas de su pueblo, de su origen, ellas junto a sus familias decidieron quedarse en Huaviña, a pesar de sus leves quejas, entre ellas que suponían que la minera cercana estaba contaminando el aire en los meses de junio y julio, que las plantaciones no eran como antes, que el agua tampoco. No tienen transporte a Iquique de forma regular; Lucila tenía que programar con mucha anticipación sus controles en Iquique, en su caso no es cosa de esperar la visita quincenal de algún policlínico por su embarazo de mellizos. En medio de la conversación, al otro lado del pueblo, aparecieron otras mujeres con más niños, pero Marta me advirtió que “esas no son de acá, vienen pa’l puro verano, viven en Iquique”, con un tono bastante despectivo. Al salir del pueblo las otras mujeres nos detuvieron y nos pidieron que firmáramos un libro de visitas, se notaban distintas, con otros rasgos, con otra ropa, pero muy amables. 

A los pocos días después del terremoto de junio del 2005, ya en Santiago (en esa época vivía en la “capital del virreinato”), me acordé de Lucila y de sus mellizos, y no fue poca mi sorpresa que en uno de los cientos de reportajes que mostraron en televisión sobre el deplorable estado de los pueblos y el grosero abandono que sufrió la gente, vi a un hombre que contó que estaban aún aislados, que vivía en Huaviña y que estaba preocupado por sus dos mellizas recién nacidas (!!!!) No podía ser otro que el marido de Lucila. Inmediatamente comencé a crear una red de ayuda para las mellizas, a conseguir principalmente dinero para comprar alimentos, ropa y pañales en Iquique. No habría sido conveniente irme a Iquique en avión con una tremenda caja llena de cosas. Recolecté aproximadamente $50.000 (unos US$100), que incluso aportó un amigo boliviano que vivía en España (hasta el Viejo Continente se escuchó mi petición!).

Partí rumbo a Iquique, al par de días después compré muchas cosas y me fui a Huaviña con el jeep cargado de todo lo que pude.Es sorprendente ver cómo las construcciones que parecen más antiguas como terrazas de piedra y parte del camino parecieran no haber sufrido daños, la verdad es que no encontré gran diferencia en el estado del camino, a excepción de algunos derrumbes que tuvieron que ser despejados por máquinas.

Cuando llegamos a Huaviña había bastante movimiento de gente del Serviu, que estaban inscribiendo a los pobladores para recibir sus mediaguas. Lo anecdótico es que nos preguntaban de dónde veníamos, queriendo decir “de qué institución”…. Sin comentarios. Llegamos a la casa de Marta Mamani, se acordaba de nosotras perfectamente y nos llevó a la casa de Lucila, su hermana que tuvo a las mellizas. Las casas de Marta y de Lucila se cayeron y ahora están viviendo en mediaguas, que aunque más pequeñas y frías, les dan más seguridad. Después de los saludos correspondientes y de ver que las mellizas, Pamela y Paulina, estaban en excelentes condiciones, les dijimos que les llevábamos algo de ayuda. No lo podían creer, aunque habían recibido ayuda del gobierno regional (no de la municipalidad) esto era distinto, era algo especialmente para ellos, para gente que tenía nombre y rostro. Su emoción era tan grande como la mía. Su agradecimiento fue infinito, representado por unas deliciosas zanahorias y la invitación a la fiesta de los pastorcitos el 6 de enero.  A pesar de que van a tener que empezar todo de nuevo con respecto a sus casas, su entereza, esperanza y fortaleza es sobrecogedora. Pareciera que no hay nada que los detenga, no hay eventos que los desanimen, creen con firmeza en su capacidad para salir adelante. Sus sonrisas permanecen y dan gracias por seguir viviendo en su tierra. Recomiendo que cuando vayan a Huaviña lleven ropa de regalo, especialmente para los niños, y de mi parte, es que lleven dulces.  

Reflexiones sobre la involución de Huaviña (y otros) 

Con mucho gusto y después de bastante tiempo volví a Huaviña para saber de las mellizas. Al igual que en años anteriores llegué para la fiesta de la Candelaria, un poco más de movimiento, un poco más de gente, más gente joven que se movía con sus instrumentos de bronce rumbo al cementerio y con una pelota de fútbol para jugar una “pichanguita” por mientras… 

Encontré a Lucila, encontré a las mellizas, muy sanas, redonditas, Pamela muy contenta por las visitas, Paulina más tímida. Ya caminan, ya suben los peldaños que hay en el pueblo y algunos de los cerros. A pesar de encontrarlas bien, me dio mucha pena ver que casi dos años después del terremoto la iglesia seguía igual, con medio campanario en el suelo, que las mediaguas del Serviu son también las mismas y que por el contrario, hay otras cosas que han cambiado. 

Joel Vernal, el marido de Lucila, estaba trabajando en la construcción del puente, que permitirá, quizás, que Huaviña quede menos aislado en las épocas de riada, bien por el desarrollo local, bien por el pueblo, bien por la gente que tiene un ingreso fijo y que trabaja por el bienestar de su comunidad. Marta, la hermana de Lucila, también estaba trabajando en esta empresa, ayudando en la cocina, bien por Marta también. 

Pero, ¿cuáles son las consecuencias de este desarrollo? Si bien ya mencioné dos ventajas, esto ha significado que las personas que han trabajado en estos proyectos viales hayan abandonado sus labores agrícolas, ya no hay zanahorias, no hay betarragas, ya no están las yerbas que tomaban para sanar. Según entendí, las utilidades por las ventas de sus productos eran tan mínimas que lógicamente les convenía más trabajar para esta empresa de construcción, aunque sea temporalmente.  

Con mucha ilusión Lucila me contó que se van a vivir Alto Hospicio en los próximos meses; que se dieron cuenta que no tienen más que hacer en el pueblo, que el sistema de la empresa les proporciona más estabilidad, que van a tener más acceso a “cosas”, que las niñas podrán ir a la escuela sin tener que luego cambiarse al internado de Huara cuando pasan séptimo básico. Prácticamente sentí angustia cuando Lucila me contaba todo esto, mientras ella se llenaba de ilusiones yo pensaba en el panorama que les espera en Alto Hospicio, en cómo se van a perder prácticas de cultivo, en cómo se va desgranando el pueblo; cómo explicarle que van a ser los últimos en la cadena, que las “maravillas de la ciudad” no son tan fantásticas como piensan, que las niñas en vez de estar en contacto con los cerros, el río, y los animales van a estar en contacto con influencias que para ellos diría que no son sólo potenciales, sino peligros directos. Pensé también que quizás llegué tarde para la implementación de todos los proyectos que tenía en mente, tarde probablemente para ellos. 

Me da vueltas y más vueltas el concepto de “un país sin historia es un país sin futuro”. Y a fin de cuentas con el cambio de los Vernal Mamani a Alto Hospicio, con esperanzas de un futuro mejor, se cierra una ventana de la historia. 

A pesar de este panorama bastante desalentador, desde mi perspectiva, creo que aún hay esperanzas, como con Cinthia, la hija de 14 años de Marta, que ya está en el internado de Huara. Marta, a su vez, ese año también se fue a Huara, para acompañar a su hija. Conversando con Cinthia sobre su vida en Huara me decía que para ella es muy aburrido. ¿Por qué? – “Por que no hay río, no hay animales, es mucho más fome, uno se va a dar una vuelta por la plaza y no hay nada más que hacer”.

Aquí hay esperanzas, es este el momento preciso, es en esta etapa de su vida cuando hay que sembrar el respeto por su historia, por sus tradiciones, por su tierra, por su gente. En ella hay un potencial enorme de valoración que no nos podemos dar el lujo de desperdiciar; es tanta la gente que viene desde otros lugares, algunos muy lejanos, a experimentar este tipo de vida, simple, muy básico quizás para algunos, pero sustentable y sano.  

Cuando veo que de forma global nos dirigimos al caos total del sentido esencial de la vida, de los valores básicos de la convivencia, creo que es necesario mirar hacia atrás y darnos cuenta del momento en que los elementos cambiaron, es decir, analizar nuestra historia. Hay pueblos milenarios que han logrado sobrevivir gracias al simple hecho de preservar su historia, de mantener sus tradiciones y en algunos casos hasta su idioma original; entonces para mi la lógica dice que si por miles de años se respetaron las creencias y valores comunitarios y las cosas funcionaron de forma bastante estable, entonces quizás la solución es empezar a deshacernos de tanta “evolución”, de tanto “progreso” y volver a lo más esencial, a la forma básica de vivir, con valores que no se transan, como el respeto hacia nosotros mismos, a nuestro medio ambiente, a nuestra comunidad y entorno, es decir a nuestra historia.   


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10 responses

8 08 2008
Rosa

Hola.
Estaba buscando la poca información que hay en la web sobre Huaviña, tratando de encontrarla en el mapa. No hay informacion sobre la ubicacón geografica. Quisiera saber si tu tienes algun mapa que muestre la ubicación. Te cuento que estoy analizando posibles lugares del norte , que me sirvan para desarrollar una tesis doctoral, sobre estos pueblos aislados, con tanta tradición, y otras formas de vida. Entendiendo lo mucho que debemos aprender de su sociedad. Ojala me puedas ayudar.

Saludos.

rchandiaj@gmail.com

8 08 2008
Joanna Garcia

Hola Rosa!
Encantada te ayudo con tu búsqueda.
En esta página encontre un mapa de la región (http://www.vi.cl/mapasweb/primera_region_de_tarapaca.html), Huaviña aparece como Guaviña, ubica Huara que sale destacado en amarillo, sigue hacia el nor-oeste y llegas a Tarapaca, avanza hasta Pachica, hay dos caminos, uno mas grueso en rojo que va a Poroma y el otro más delgado en azul que llega a Huaviña.
Otra alternativa es que veas el mapa de Turistel 2008 Norte (en internet no está actualizado), me refiero a la guía impresa.
Además, según la página http://www.heavens-above.com (para buscar coordenadas), los datos de Huaviña son los siguientes:
Huaviña
(alias for Guaviña) Tarapaca -19.800 -69.233 2351 m
Ojo que puede tener algunas variaciones.
Te enviaré una foto que saqué de mi mapa a tu mail.

Saludos,

Jo

24 12 2008
lolo y dany

feliz navidad a huaviña y a toda su gente son los sinceros deseos de quien los quieren mucho y a traves de este mensaje un prospero año nuevo a todos mis paisanos conocidos FELIZ NAVIDAD HUAVIÑAAAAAAAA A la distancia

10 03 2009
luciano

Huaviña es un pueblo muy hermoso.sugerencia para los huavillanos.postulen a un proyecto y realicen esta idea que es . turismo rural donde pueden participar todos los vecinos.Alojando a turistas y dandoles servicios de alimentacion y guiandoles a un tour por el pueblo tan hermoso que ustedes tienen .

18 03 2010
ROSA CHANDIA JAURE

Hola Joanna. Hace mucho tiempo te escribí pidiéndote información, la cual me fue de gran utilidad. Ahora, finalmente hice mi propia ruta de Tarapacá, que mas bien la llamé ruta por el Desierto.. porque fue un largo recorrido desde los limites con Perú hasta San Pedro de Atacama. mas de 3000 km. Llegué a casi todos los pueblos que gracias a tí me habia formado una idea previa. Fue espectacular el viaje, y terrible los accesos tambien, no eramos ningunos expertos en caminos de tierra y quebradas profundas. Lento pero seguro conseguimos llegar a los lugares cuya primera descripción leí en este blog. Te agradezco mucho y quería ofrecerte para tu blog unas imágenes de Google Earth donde tracé los caminos de tierra para acceder a los pueblos de la Quebrada de Tarapacá. Próximamente subiré información en mi propio blog, pero aún la estoy montando. La gente en Guaviña se acordaba de tí, son personas tremendamente amables, me bastó un par de horas conversando con ellos para sentir nostalgia de tener que irme. No imaginé encontrar tanta hospitalidad.

Saludos y dime si te interesa lo que te puedo enviar, y dónde te lo envío.

9 04 2010
Joanna Garcia

Querida Rosa, me alegro tanto de tu experiencia!! de alguna forma me siento partícipe, me imagino debe haber sido maravilloso el recorrido. Cuanta gente iba? cuanto tiempo se demoraron?
Me encantaría que me mandes tus fotos, relatos, mapa, todo lo que puedas compartir y por supuesto saber de tu nuevo blog, mándame la información a joannagarcia@mi.cl

A pesar que he estado media floja con las Rutas de Tarapacá estoy muy contenta de ver que se ha convertido en una importante fuente de información y de contacto de las familias del interior, ya casi llega a las 10.000 visitas!!
Por favor no te pierdas, cuentame más de tus trabajos y de tus viajes

Un tremendo abrazo,

Jo

23 09 2011
sandra valdivia lobos

Como chilena me da vergüenza no conocer mi patria ,avece es por falta de medios económicos , pero conocerla por por libros es una irresponsabilidad.Hoy he descubierto por la campaña de Sodimac para pintar un pueblo con tanta historia me deslumbra. Para poder ayudar con una gota este tan hermoso proyecto pintare mi casa y negocio además en el futuro trataré desconocer personalmente Huaviña y poder cooperar con un grano de arena con este pueblo olvidado por nosotros los chilenos.Pienso que lugares como estos dan paz a la humanidad. También pienso que deveriamos ayudar a estas persona a mantener arquitectura pero a la vez formar un programa de turismo para aumentar sus recursos y así ellos no inmigrarían de su publo maravilloso y con una riqueza cultural que hay que pontencial.Una humilde ciudadana Sandra Valvivia Lobos de la ciudad de Requinoa Sexta Región Chile..

19 06 2013
Victor r f

Rosa, busqué los mapas de google hearth y no los encontrè, o no `se hacerlo, aquellos que prometes subir para Johana. ¿No me los puedes mandar?

19 06 2013
Victor r f

eeeh, a vrojasf@hotmail.com please. He ido muchas veces a Huaviña, desde luego, y he visto còmo ha cambiado requetetanto el pueblo en los últimos años!!!

26 05 2014
Mauricio Orellana Cayo

El relato es muy emcionante, y en verdad sigue sucediendo lo del abandono de nuestros pueblos originarios. Yo soy de Arica y el alcalde de putre junto a las autoridades esta implmentando un Centro de Formacion Tecnica en Putre que pueda servir y ayudar a los jovenes para que se queden a estudiar en putre, obviamente las carreras estan relacionadas con la agricultura. Es de esperar que esta idea se pueda copiar y mejorar en otras zonas de chile, sobre todo en este norte hermoso lleno de historia y lugares magicos. Ojala Dios quiera que pronto llegue el dia en que todo sea nuevamente sea un paraiso, pero para el que lo quiera vivir es simple, el paraiso existe, y esta en nuestros originarios. Saludos.

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